Esta no es mi última palabra.

Sé que contiene errores, pero me da pereza corregirlos. Esta no es mi última palabra.

domingo, 14 de diciembre de 2025

En estas precisas coordenadas espaciotemporales

 Debería de haber un modo en que pudiera caminar por los bosques sin estar ausente de ellos.

 Y es que hoy, después de haber dejado atrás las colinas verdes humanizadas y, más atrás aún, la cegadora negrura civilizada, al fin he podido levantar la mirada y ver las ramas semidesnudas de los robles. Y me he dicho a mí mismo:
 Este es mi lugar.

 Claro que paso demasiado tiempo en un lugar que no siento mío. Así que no quiero estar ahí. He tratado de, al menos, ya que pensé que podía hacerlo, fabricar un pequeño reducto personal donde poder imprimir mi identidad y así hacer valer un poco aquello que sólo yo podía ofrecer... hasta que me echaron. Y ahora allí ya no me queda nada.

 

Este objeto inicia una misión.
 

 Hace unos días estuve sentado en la terraza en la plaza del ayuntamiento. Sin que nadie se diera cuenta, pues lo hice disimuladamente, saqué del bolsillo izquierdo de mi camisa seis dimensiones microscópicas enrolladas en sí mismas y las puse a existir, o lo que quiera que hagan, encima de la mesa. No suele ser buena idea llevarlas ahí porque, incluso siendo menores que la longitud de Planck, a veces confundo algunas d-branas de las que albergan con el pañuelo y las partículas de mi nariz quedan vibrando de modo muy incómodo tras sonarme con ellas. En todo caso, después de casi una semana fluctuando, esta noche pasada han conectado con mi mente mientras vivía la parte importante de la vida, que es la que ocurre durante el más esencial de los dos estados. En esta parte principal de la vida, que como decía es cuando uno duerme, he empezado a girar dentro de las seis dimensiones sin moverme dentro de las cuatro habituales de la vigilia. Así he podido viajar a otro universo donde mi hija me llamaba: "Aita!", pero no he podido verla, porque al parecer no podía traerme su imagen a este universo nuestro, imagino que porque su luz no tiene permiso para escapar de allí hacia aquí. Yo sollozaba.

 Cuando era jovencito y soñaba despierto con surcar los mares en velero y recorrer los continentes en busca de conocimiento naturalístico y antropológico me surgía la misma pregunta que ya era entonces, al igual que lo es hoy, difícil de responder: ¿Huir o quedarse a pelear? De momento prevalece la tercera y odiosa vía: el bloqueo.

 

 

 

 

domingo, 30 de noviembre de 2025

Nova

 

 La esperanza es una mentirosa. No es más que una decepción diferida.

Y luego está la vulnerabilidad adquirida a través de lo que se obtiene. La vulnerabilidad ante la posibilidad (o la certeza) de acabar perdiéndolo. ¿Le quita eso valor o se lo da?


Ahora veo una luz en ti que no estaba ahí antes

 

Volví a encontrar un hogar. Un lugar seguro que conocía bien, por donde podía moverme a oscuras sin miedo a tropezar. Pero...
¡Mentíais!; ¡no eran todas sino simples edificaciones comunes y corrientes!

 

 

 

QS DDV ADV

¿Quiénes somos?
La única razón por la que nuestros antepasados existieron.

¿De dónde venimos?
De LUCA. A su vez, en buena parte, de diferentes eventos de extinciones estelares. Y así*.

3/a) ¿A dónde vamos?
A la completa y absoluta desaparición. 

3/b) ¿A dónde vamos a ir a cenar?
A donde pueda mirar a los ojos a alguien que me quiere.

 

 

* Buen resumen de lo que ocurre cuando el vacío cuántico fluctúa. 

 

¿Estamos solos en la galaxia o acompañados?
Duela o no, seguramente ambas cosas a la vez.

 

 

 

 

sábado, 11 de octubre de 2025

Gestión de (fenotípicas) extensiones

 La vida. Sin querer definirla ni describirla exhaustivamente. Sólo mencionar un atributo. Un conjunto de moléculas basadas estructuralmente en la química del carbono y el resto de los CHONPS. Moléculas autorreplicantes que, como jugadoras de un videojuego hardcore, tienen como requisito principal para continuar autorreplicándose no dejar de hacerlo. La vida que conocemos no tiene otra oportunidad si falla... y aquí está, manteniéndose en la dura y potencialmente letal partida del videojuego, sosteniéndose ininterrumpidamente desde hace eones geológicos.

 Pensar en la vida es un reto extraterrestre a veces. Pensar en cómo una planta atrapa y usa la energía del sol para transformar una fracción del aire en sí misma. En madera, por ejemplo. Esa sustancia hecha de aire, agua y sol. O en flor, por poner otro ejemplo. Aire y sol hechos flor, flor y moléculas volátiles. Moléculas que se dispersan en el aire al que pertenecieron y al que, ahora transformadas en aromas, se devuelven.

 Y después, viene un insecto atraído por ese aroma a por el polen y el néctar. Un terrícola convertido momentáneamente en extraterrestre para observar, ve esto y lo relaciona a la necesidad de mantenerse en la partida.

 

 Pero si vuelve a poner los pies en la Tierra después de desembarcar de su nave propulsada por nihilismo, piensa:

 

 Ai na vedui, Dúnadan. Mae g'ovannen!

 A ver, sencillamente... ¿Pero quién no se ha abandonado alguna vez al placer? 

 

 

 

domingo, 28 de septiembre de 2025

Nostalgia

 Cuando venga un equipo de arqueología muy sofisticado de dentro de tres milenios al barrio donde crecí y con su máquina de rastreo de coordenadas espaciotemporales pueda ver una instantánea de unos chavales de mediados de los ochenta del siglo XX jugando a baloncesto, posiblemente por tratarse de personas provenientes del post-colapso donde casi toda la información histórica se perderá, pensarán que en esa esquina del Golfo de Bizkaia que entonces debía de quedar a varios kilómetros de la costa vivió un grupo de personas estadounidense. Los indicios culturales, pruebas irrefutables, les llevarán a esa conclusión.

 Escribo esto mientras en mi mente suena el superochentero Tema de Crockett de Jan Hammer. No soy nostálgico y no sé si es mi modo de ser genuino o me han hecho ser así. Tan confundido ando a veces. Aunque creo que nunca he sido nostálgico. Berdin dio.

Bueno. De todos modos, a diferencia de otras muchas entradas,  ésta no voy a ilustrarla con ninguna imagen más que la que puedas formar en tu mente si sabes de qué tema musical he hablado antes. No voy a ilustrarla con ninguna foto porque esta vez quiero sentir que formo parte del resto de seres vivos, antepasados o coetáneos, que nadie recuerda o que pronto nadie recordará.

 Hoy me apetece reivindicar el derecho al olvido. Tanto a olvidar como a ser olvidado.

 

 

 

 

domingo, 7 de septiembre de 2025

Mejor menos fe

  Hay farsantes que van a tratar de engañar, de todos modos. Pero si creásemos espacios de debate donde la sincera respuesta "no lo sé" fuese mejor aceptada, habría menos personas forzadas a fingir que saben cosas. Acostumbrarse a vivir sin conflictos con el hecho de no tener certezas puede costar esfuerzo, pero verse arrastrado por la corriente de una inercia de personas inseguras donde todas confían en que habrá otros que... saben, cuando te percatas de que no es así... es una sensación muy desagradable.

 

La anotación molar resaltada. (La profusión de marcas es un zeitgeist).

 

martes, 15 de julio de 2025

La influencia de los acontecimientos en los pensamientos

 Anoche soñé que era de noche y era el pasado remoto. Los sonidos del día estaban ausentes y la luz sólo la proporcionaban las ascuas anaranjadas de una hoguera de llama baja sin humo, bien construida. Cantábamos en polifonía y manteníamos diálogos con flautas de una sola nota. No conocíamos el funcionamiento del mundo más allá del estrictamente necesario para sobrevivir y nada más que lo estrictamente necesario hacía falta. Estuve un rato con mis ancestros, al modo que dice la famosa cita: en cuya poderosa compañía no he de sentir vergüenza.

 Luego vinieron las hebras del tiempo, tangibles, visibles y materiales como gruesos cabellos negros lisos y largos sobre un lienzo blanco a devolverme al presente. Así también lo vi en sueños.

 

 Anoche, antes de dormir, entre los párrafos del último libro que estoy leyendo, me puse a imaginar una sencilla función de la constante universal c.

 

 

La he dibujado para ilustrar esta entrada

 

Me puse a pensar que todo el mundo andamos metidos en el lado superior izquierdo de esa función. Mentalmente sombreé por donde nos movemos y dejé en blanco por donde lo tenemos prohibido por las leyes de la naturaleza.

 

 

Me hubiera gustado sombrear en gradiente
para hacerlo más visible, pero así me ha quedado

 

 Independientemente de que nos movamos tan lento respecto a c que casi estemos pegados al eje t y dado que la relatividad especial no nos deja movernos fuera de la zona sombreada, me puse a imaginar la totalidad de esa gráfica mental en modo tridimensional, haciendo que las líneas rotaran creando un sólido de revolución.

 Y me quedé un poco extrañado cuando obtuve medio cono de luz. Si traía al pasado a la imagen imaginada, como premonitoriamente después sucedería en sueños, se creaba un cono de luz entero.

 

 

Como el día de hoy en general,
este dibujo me ha salido regulinchi

 

 Tengo que buscar si lo que imaginé tiene sentido y la gráfica y el cono de luz tienen algo que ver. Certero o equivocado, no será un descubrimiento original, por supuesto, pero todo constituye una sucesión de pensamientos a los que no habría podido llegar de esta manera que me extraña sino por mí mismo. Tanto al pensamiento de anoche de la función de c resultando en un cono de luz como a la mirada que eché a través de la ventana de la conciencia a mis subconscientes sueños para, habiendo sido testigo en primera persona, traérmelos a la zona del recuerdo.

 

 *****

 

 No creo que si pudiera hablar con un yo de hace treinta años le hubiera podido convencer  de que sería más divertido pasar la vida rotando funciones en un laboratorio que volteando piezas de varias toneladas en un taller de mecanizado. Aquél que pudo haber sido un soñador tenía que haberse convencido por sí mismo. De que lo insurgente hubiera sido tomar el primer camino, pues el segundo ya lo tenían preparado los dueños de la mayoría de las cosas. Un camino preparado para gente como yo.

 Yo, el de hoy, a su vez, estoy convencido de que hay argumentos de los que no puedo convencer a algunas personas. Estoy seguro de que encontraré resistencia y el escuchante se enrocará en su postura haciendo más difícil que lo argumentado penetre sus defensas. Aunque, para variar, esta entrada no va de creencias irracionales, mi experiencia en la militancia del ateísmo algo me ha enseñado sobre cómo las personas se aferran a sus convicciones y se sienten personalmente atacadas si las criticas (a las convicciones, no a las personas; lo segundo es lógico, lo primero, no tanto). Por eso pienso que es inútil hacer cambiar de según qué opinión a según qué persona. Si no lo ve por sí misma, yo jamás la convenceré. Es más, la haré ponerse en guardia, lo que será contraproducente.

 

 A veces me cuesta tanto hacerme entender... como para complicarlo todo teniendo que comunicar lo justo, pinceladas leves de pensamiento, poco más, por ver si animan a encender una llama de comprensión.